Cuando hace calor tendemos a descubrir nuestros pies y empezamos a ponernos un calzado más descubierto como las chanclas o los zuecos.
No debemos olvidar que cada calzado tiene su función. Los zuecos están pensados para ir a la playa, a la piscina o a duchas públicas. El problema viene cuando los usamos a todas horas y todos los días. Este tipo de calzado no está pensado para caminar demasiado.
Para caminar debemos llevar un calzado bien sujeto previniendo torceduras de pie y otros problemas como la fascitis plantar.